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Paleontología política

Publicado: 2016-01-25


La paleontología política habló en boca de Guzmán, quien ha trazado una línea divisoria. Con él, hay política de la buena. Fuera de él, solo pura dinosaurada. Fujimori hizo algo similar con el sambenito de “políticos tradicionales”. Con su dedo disolutorio señaló a casi todos con dicho apelativo, lo que en la práctica equivalía a decirles “mentirosos”, “deshonestos”, “corruptos”, “burocráticos”, y frente a los cuales, FujimoriMontesinos se colocó como el mesías de la tecnocracia.

Julio Guzmán ha dicho que su línea de tiempo tiene que ver no tanto con la edad y sí con las actitudes. Pero sucede que en esta novel paleontología política, ser dinosaurio es ilegible. Por ejemplo, ¿es también un dinosaurio aquel político que en aras de la inversión promueva políticas laborales del siglo 19, como la “Ley Pulpín” que Julio Guzmán aplaudió?

Para Fujimori, un “tradicional” era quien no estaba de su lado. Así, un broadcaster como Crousillat era visionario, si le entregaba la línea editorial. Al final, este ‘moderno político’, que don Fuji quiso encarnar involucionó a velociraptor, y hoy purga condena por actos de corrupción.

Julio Guzmán no es nuevo, y menos su rara paleontología. Basta reparar que mucho de su costosa campaña mediática y virtual, es copiada del Movimiento Podemos de España, que sí es una versión popular nueva y cuyas vértices se anidan en la lucha de clases, y no en la pose marquetera electoral. O basta escuchar a Guzmán que “la consulta previa está demás” para saber que en su demarcación paleontológica, no se alterarán las reglas del empresauriado feroz, cuya máxima dice: “a más precariedad, más inversión”.


Escrito por

José William

Docente de filosofía, psicología y ciencias sociales.


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